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viernes, 9 de agosto de 2013

Cimicifuga Racemosa - Atenúa los síntomas de la menopausia

Descripción
La cimicífuga es una planta herbácea, originaria de América del Norte, usada desde
antiguo en medicina tradicional por los pueblos amerindios para una amplia variedad
de afecciones, tales como picaduras de serpiente, malaria, dolores de distinta índole
(dismenorrea, reumatismo, etc.). Igualmente es reputada como antiinflamatoria,
diurética, sedante y antitusiva. Un extracto alcohólico obtenido de la raíz alcanzó en
el siglo XIX un importante éxito en el tratamiento de trastornos menstruales y climatéricos,
de tal forma que entró a formar parte, como principal constituyente, de un
famoso tónico para mujeres.
La introducción en Europa de esta especie tuvo lugar hacia 1950, siendo empleada
fundamentalmente en el tratamiento de la sintomatología climatérica.
La droga (raíz y rizoma), desprende un débil aroma. Su sabor es amargo.
En su composición química destacamos: Lípidos, saponinas triterpénicas
tetracíclicas derivadas del cicloartanol (acteína, 27-deoxiacteína, cimicifugósido),
isoflavonas, (formononetina, cuya presencia ha sido detectada en extractos
metanólicos (1), pero no en los etanólicos y butanólicos (2)) y ácidos fenoles
(ácido ferúlico, ácido isoferúlico, ácido fukinólico, ácidos cimicífugicos A, B,
E y F, ácido salicílico).


Actividades farmacológicas
• Síndrome climatérico
Los extractos de C.racemosa ocasionan una disminución de los niveles de LH (hormona
luteinizante), la cual puede encontrarse implicada en la aparición de la reacción
vasomotora (bochornos, sofocos) acompañada de taquicardia (3) (Wuttke et al,
2003a), sin incidencia apreciable sobre los de FSH (hormona folículo-estimulante),
prolactina y estrógenos.
Esta disminución de los niveles de LH no se encuentra acompañada de incremento
de peso del útero, a diferencia de lo que ocurre con el estradiol.
Por otra parte, el sistema dopaminérgico parece estar implicado en los mecanismos
que causan la reacción vasomotora en mujeres menopáusicas.
Los resultados obtenidos por Jarry et al (4) según los cuales la administración del
extracto BNO 1055 de C.racemosa da lugar a una disminución de temperatura corporal,
prolongación del sueño inducido por ketamina y reducción del equivalente a
bochornos en ratas (5), efectos todos ellos bloqueados por antagonistas dopaminérgicos,
sugieren que la actuación positiva de C.racemosa en la disminución del número
e intensidad de los bochornos puede estar mediada en gran parte por un mecanismo
dopaminérgico (4). Esta hipótesis se encuentra apoyada por ensayos in vitro en
los cuales se ha puesto de manifiesto el carácter agonista hacia los receptores dopaminérgicos
D2 de algunos compuestos presentes en los extractos de C.racemosa.
Los extractos de Cimicífuga no interactúan con los receptores estrogénicos á y â,
tal y como muestran distintos ensayos en los cuales se ha puesto de manifiesto que
dicha planta no desplaza al estradiol de su unión con los citados receptores. (6-8).
Sin embargo, parece ser que los extractos de C.racemosa tienen la capacidad de
desplazar al estradiol de su unión a otros sitios distintos de los receptores á y â.
Dichos sitios podrían corresponder bien a los denominados como “estrogen binding
site type II”, bien a un posible tercer tipo de receptor, receptor ã (4), no conociéndose
por el momento la función fisiológica de estos tipos de unión.
La administración de dosis altas (62 mg/día por animal) de extracto de C.racemosa
a ratas ovariectomizadas favorece la expresión del gen ILGF (marcador de la
actividad de los osteoblastos, células responsables de la formación del hueso) y
reduce la del gen de la fosfatasa ácido tartrato resistente (TRAP), enzima marcador
de la actividad de los osteoclastos (células responsables del proceso de resorción
ósea). Este dato podría hablar en favor de un efecto beneficioso de los extractos de
C.racemosa sobre el hueso. En este sentido los extractos de C.racemosa han demostrado, en animales de experimentación, un efecto positivo en cuanto a la
estructura trabecular del hueso (9).
En ratas ovariectomizadas, se observa una disminución de los niveles séricos del
enzima leptina, acompañada de descenso en los depósitos de grasa. Estos datos
hablan en favor de un posible efecto antilipotrópico para C.racemosa, si bien de una
forma mucho más discreta de lo que ocurre en el caso de la administración de
estradiol a las ratas ovariectomizadas (10).
Sobre vejiga urinaria: la C.racemosa da lugar a un incremento de la actividad del
músculo detrusor, acompañada de incremento de actividad en el esfínter vesical.
A diferencia de lo que ocurre con el estradiol, los extractos de C.racemosa no incrementan
el grosor del endometrio, ni el peso del útero, presentando una actividad
discreta sobre el epitelio vaginal.
Por el contrario, esta planta no ha mostrado efecto sobre el perfil lipídico.
En el momento actual no se encuentra establecido a qué compuestos de C.racemosa
corresponde la responsabilidad de las distintas acciones que ejerce en el
caso del síndrome climatérico. Parece ser que la actividad beneficiosa de C.racemosa
en los trastornos climatéricos podría ser debida a la actuación conjunta de
sustancias dopaminérgicas por una parte y sustancias estrogénicas por otra, tales
como la formononetina, fitoestrógeno de bajo perfil, pero que en el organismo
puede ser transformado en equol, de una mayor potencia como fitoestrógeno.
• Otras acciones:
En experiencias sobre animales, los extractos obtenidos a partir de la droga se han
comportado como hipotensores, vasodilatadores, antiinflamatorios (11) y antiespasmódicos.
Igualmente existen datos, procedentes de ensayos in vitro, sobre su actividad
bloqueante de los receptores de serotonina (12).
Por otra parte, los estudios realizados sobre líneas celulares de cáncer de mama
muestran que C.racemosa inhibe el crecimiento de las mismas (13,14), al tiempo que
potencia la acción antiproliferativa de tamoxifeno sobre dichas células cancerosas.
• Evidencias clínicas:
Las más importantes evidencias que justifican su posibilidad de empleo terapéutico tienen
como base los resultados obtenidos en los diversos ensayos clínicos de que ha
sido objeto esta especie. Si bien los primeros ensayos que se llevaron a cabo eran ya
indicativos del efecto beneficioso de C.racemosa en el tratamiento de la sintomatología
climatérica, sobre todo en lo relativo a la disminución significativa de la reacción vasomotora (sofocos, bochornos), dichos ensayos no cumplían en forma estricta con
la normativa internacional en cuanto a los protocolos de realización de ensayos clínicos.
Recientemente ha visto la luz un nuevo ensayo clínico, doble ciego frente a placebo,
realizado con el extracto BNO 1055 (hidroalcohólico) a dosis de 40 mg/día,
tomando como control de referencia el tratamiento con estrógenos conjugados. Los
resultados de dicho ensayo muestran que el tratamiento con C.racemosa da lugar a
una mejoría general de la sintomatología medida en la MRS (Menopause Rating Scale),
sobre todo en lo que se refiere al factor bochornos, y a los relativos a nerviosismo, irritabilidad,
etc.). Igualmente se constató una mejoría en cuanto a desórdenes sexuales,
sequedad vaginal y síntomas musculares y articulares. Estos factores se vieron beneficiados
también por el placebo, pero en menor medida que en el caso de cimicífuga.
Por otra parte, se observó un incremento significativo de las tasas séricas de fosfatasa
alcalina, indicador de la actividad osteoblástica, lo cual podría ser indicativo de un
efecto positivo, acorde con los ensayos previos realizados sobre animales, sobre el
proceso osteoporótico (15). Al igual que en los ensayos farmacológicos previos, no se
observó incremento del grosor del endometrio y sí un discreto efecto estrogénico en
vagina, correspondiente a un discreto y no significativo descenso del pH.
No se observaron efectos secundarios.
En cuanto a la posibilidad de empleo en el caso de mujeres que han padecido cáncer
de mama, estudios recientemente realizados son indicativos de que la C.racemosa
ejerce un efecto satisfactorio en la supresión de los síntomas vasomotores (16).
Los estudios de toxicidad realizados sobre la especie son muy escasos, por lo que
no es posible establecer conclusiones al respecto, si bien hasta el momento, no se
han descrito problemas toxicológicos relacionados con su uso, a pesar de que éste
se viene realizando en Europa desde hace más de cuarenta años.

Indicaciones
Tratamiento de la sintomatología climatérica.

Dosis recomendadas
Las dosis recomendadas son de 40 mg/día de extracto normalizado en cuanto a
su contenido en 27-deoxiacteína, repartidas en dos tomas.
La Comisión E de la Farmacopea alemana, recomienda, en ausencia de datos relativos
a la seguridad de uso en largos períodos de tiempo, no alargar el tratamiento
más allá de seis meses. Igualmente, debido a la ausencia de datos, se desaconseja
su administración en embarazo y lactancia.

Contraindicaciones
No se han descrito

Interacciones
Antihipertensivos. La C.racemosa puede potenciar los efectos de los antihipertensivos,
produciendo hipotensión

Efectos secundarios
No se han descrito reacciones adversas a las dosis terapéuticas recomendadas. A
altas dosis, o en individuos sensibles puede dar lugar, en raras ocasiones a alteraciones

digestivas: gastralgia, gastritis, úlcera gástrica.













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