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sábado, 5 de octubre de 2013

PROPOLIS : Aumenta tu inmunidad


Antimicrobiano, antiinflamatorio, antitumoral, antiparasitario, inmunomodulador, anestésico, anti- VIH y anticitotóxico


COMBATE EL RESFRIADO




El própolis es un producto apícola que las abejas recolectan de
las resinas y secreciones que cubren las yemas de distintas
especies vegetales emplazadas en las cercanías de las colmenas y
entre las que destacan el abedul, el álamo, el castaño, el sauce, el
aliso, el roble y otras pertenecientes fundamentalmente a la familia
de las coníferas, si bien en ocasiones puede proceder en parte, de
las secreciones de distintas plantas herbáceas.


Descripción

Para la recolección del própolis, el ácido 10-hidroxi-2-decenoico, segregado por
las glándulas mandibulares de la abeja, es fundamental pues permite su ablandamiento.
Por otra parte, distintas enzimas segregadas por la cavidad bucal de
la abeja participan también en toda esta operación con el fin de disminuir la adherencia
de las secreciones vegetales recolectadas. Después de recolectar la partícula
resinosa, la abeja mueve hacia atrás la cabeza hasta que logra desprenderla,
almacenándola con sus patas en los cestillos destinados a contener el polen.
La época de máxima recolección tiene lugar al final del verano.
Entre sus caracteres organolépticos destaca su aspecto resinoso, de coloración
verde parda, castaña e incluso negra, dependiendo de su origen botánico.
El própolis es conocido por el hombre desde tiempos remotos. Los sacerdotes
del antiguo Egipto lo empleaban como medicamento y como parte integrante de
los ungüentos y cremas de embalsamar, siendo ya mencionado en el papiro de
Ebers. En la Biblia se hace mención a él con el nombre tzorí y los profetas hebreos
lo mencionan como bálsamo de Galaad o de Judea. También fue empleado
por los griegos, a los que debe su nombre, que etimológicamente significa
“delante de la ciudad” (pro = delante; polis = ciudad). Esta denominación parece
tener como base el hecho de que uno de los principales destinos que tiene
el própolis en la colmena, es el de taponar herméticamente cualquier orificio que
presente con el fin de evitar que se produzcan infecciones en el interior de la
misma, llegando incluso, en este afán por evitar infecciones, a embalsamar con
própolis cualquier insecto o pequeño mamífero que se adentre en el interior de
la colmena. El própolis fue citado por Aristóteles, quien lo consideraba como
“remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones…”. De igual
forma, Galeno incluyó el própolis como remedio en sus escritos y Avicena, en el
siglo XI, escribió acerca del mismo: “Tiene la cualidad de eliminar las puntas de
flechas y las espinas, vivifica, limpia fácilmente y ablanda fuertemente”. Pero su
uso en la antigüedad no estuvo restringido a las civilizaciones mediterráneas,
puesto que es conocido que los incas también lo empleaban para el tratamiento
de infecciones acompañadas por procesos febriles.
Más recientemente, en los siglos XVIII y XIX, fue utilizado en Francia para el tratamiento
de llagas y, a principios del siglo XX, fue objeto de un amplio uso durante
la guerra de los boers como desinfectante de heridas y como cicatrizante.
Desde hace varios años, y con el fin de esclarecer cuáles son sus propiedades
reales en los ámbitos de la Nutrición y de la Farmacoterapia, se han intensificado
las investigaciones sobre el própolis, de tal forma que las publicaciones científicas
relativas bien a su composición, bien a sus propiedades farmacológicas,
alcanzan varios centenares al día de hoy.





Composición química

El própolis es un producto muy complejo, soluble en alcohol etílico y en distintos
disolventes orgánicos, tales como éter etílico, acetona, benceno y otros. Su punto
de fusión se encuentra entre 62º C y 70º C. Se endurece a 15ºC.
En su composición influyen distintos parámetros, tales como las especies vegetales
sobre las que las abejas realizan su recolección, las zonas de procedencia y las
variaciones climáticas, entre otros. Todo ello influye en el hecho de que no se pueda
hablar de una composición homogénea para el própolis. Teniendo en cuenta estas
salvedades, los estudios realizados sobre própolis de distintas procedencias geográficas,
muestran la compleja y variada composición de estos productos apícolas,
que contienen un alto número de componentes los cuales, en mayor o menor
grado, determinan sus propiedades biológicas. Los más de 160 componentes
descritos para el própolis se encuentran incluidos dentro de las siguientes categorías
químicas:
• Flavonoides
• Cumarinas: esculetol, escopoletol
• Taninos
• Derivados de ácidos fenoles
• Terpenos: β-bisabolol, α-acetoxibetulenol, citral, azulenos, etc.
• Esteroles
• Ácidos grasos insaturados: ácido linoleico
• Polisacáridos
• Proteínas
• Aminoácidos
• Vitaminas: vitamina B1, vitamina B2, ácido nicotínico, vitamina A, vitamina
C, tocoferoles (vitamina E).
• Minerales: calcio, potasio, sodio, magnesio, hierro, aluminio, fósforo, silicio..
Los flavonoides, considerados como los principales componentes activos del
própolis, constituyen, en unión de los derivados de los ácidos fenoles, más del
50% de su total. Dichos flavonoides derivan tanto de la estructura de las flavonas,
como de la de los flavonoles y de las flavononas.
Otro grupo de gran interés dentro de los derivados polifenólicos que entran en la
composición del própolis, es el de los ácidos fenoles y, en particular los derivados
del ácido cinámico, entre los que destaca el fenetil éster del ácido caféico, la artepilina C, la baccharina y la drupanina, así como algunos derivados del ácido
p-cumárico.





Actividad

El própolis presenta un amplio rango de actividades farmacológicas, avaladas por
numerosas publicaciones científicas. Entre las más importantes, cabe destacar su
actuación como antimicrobiano, antiinflamatorio, antitumoral, antiparasitario, inmunomodulador, anestésico, anti- VIH y anticitotóxico, a las que cabe añadir 
su importante efecto antioxidante así como su capacidad inhibidora de distintos enzimas,
entre los que se encuentran las proteincinasas. Por otra parte, recientes estudios han
puesto de manifiesto la capacidad de los flavonoides presentes en el própolis de
unirse a los receptores de hidrocarburos arílicos, con los cuales interacciona la dioxina,
inhibiendo en gran medida los efectos negativos sobre el organismo de este
conocido agente tóxico.
Actividad antimicrobiana
Se puede afirmar que la necesidad de presentar defensas frente a probables
infecciones en la colmena explica, al menos en parte, la capacidad del própolis
de actuar frente a distintos agentes patógenos.
En estudios farmacológicos realizados in vitro e in vivo, se ha puesto de manifiesto
la actividad del própolis frente a Staphylococcus aureus, germen habitual en las
infecciones respiratorias, así como frente a un amplio espectro de bacterias. Así,
muestras de própolis procedentes de Brasil y de Bulgaria, han sido activas in vitro
frente a Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae y própolis de origen
europeo han presentado in vitro efecto biocida tanto frente a distintas especies de
Salmonella como frente a Enterococcus faecalis. Otros trabajos dan cuenta de la
actividad in vitro del própolis frente a Staphylococcus aureus, Staphylococcus haemolyticus,
Proteus vulgaris, Proteus mirabilis, Mycobacterium tuberculosis, Bacillus
subtilis y Serratia marcescens.
En términos generales, los preparados de própolis se muestran activos preferentemente
frente a bacterias G (+), mientras que su actividad frente a bacterias G (-) es
mucho menor. A esta actividad frente a gérmenes G (+) se une su actuación sinérgica
cuando se administra conjuntamente con fármacos antibacterianos .
Actividad antifúngica
El própolis se ha mostrado activo frente a distintos dermatofitos. Por otra parte,
extractos metanólicos al 5% de própolis de origen turco, han presentado actividad
frente al hongo Fusarium oxysporium y, en menor grado, frente a Alternaria alternata.
Otros extractos de própolis han sido activos frente a Candida albicans,
Paracoccidioides brasiliensis y Sporothrix schenckii .
Actividad antiviral
En la actividad antiviral del própolis, demostrada en distintos estudios in vitro, parece
desempeñar un importante papel uno de los principales derivados polifenólicos
presentes en el própolis, el fenetil éster del ácido cafeico .
Actividad antiparasitaria
Los resultados obtenidos con extractos de própolis de distinta procedencia han
puesto de manifiesto su actividad in vitro frente a Tripanosoma cruzi .
Actividad antioxidante
Los estudios realizados sobre distintas muestras de própolis han confirmado la
potente actividad antioxidante de este producto apícola, especialmente activo frente
a la producción de radicales superóxido, en forma dosis dependiente. De entre los
componentes presentes en las muestras de própolis sometidas a estudio, fue un
derivado del kanferol, el que presentó la mayor actividad antirradicalaria frente a las
formas reactivas de oxígeno, en unión de algunos derivados del ácido p-cumárico.
A ello se añade la actuación antioxidante del fenetil éster del ácido cafeico que
tiene lugar a través de la inhibición de la lipooxigenasa, así como la de otro derivado
del ácido cinámico, la artepilina C.
Actividad antitumoral
Distintos trabajos con própolis realizados in vitro sobre líneas de células cancerosas,
han permitido establecer que este producto inhibe significativamente, de forma
dosis-dependiente, tanto el crecimiento de las células cancerosas como la síntesis
de macromoléculas por las mismas, mediante inducción de apoptosis o muerte celular
programada. Por otra parte, ensayos realizados con el fenetil éster del ácido
caféico, derivado polifenólico presente en muestras de própolis de distintas procedencias,
han puesto de manifiesto tanto la actividad antiproliferativa de este derivado,
como su capacidad de inducir la apoptosis de distintas líneas de células tumorales. 
Por otra parte, los resultados procedentes
de ensayos in vivo realizados tanto con la fracción hidrosoluble del própolis
como con uno de sus componentes, la quercetina, muestran que ambos, en animales
de experimentación, disminuyen de forma significativa el proceso de metástasis
tumoral. Estos datos podrían estar en relación con la capacidad mostrada por la quercetina
para inhibir tanto a la topoisomerasa II como a la tirosincinasa, en unión de su
capacidad para disminuir la glucólisis aerobia en las células tumorales.
Actividad inmunomoduladora
La artepilina C y el fenetil-éster del ácido cafeico, compuestos ambos presentes en
muestras de própolis de distinta procedencia, han mostrado actividad moduladora
del sistema inmune .


Posología

El própolis puede administrarse en forma líquida o pastosa. De entre las formas líquidas,
las más empleadas son la tintura y los extractos líquidos, preparados habitualmente
mediante maceración con alcohol etílico. Las formas pastosas incluyen
pomadas y pastas, en cuya elaboración se emplean distintas bases (vaselina, lanolina
con vaselina, etc.) en las que se interpone la tintura de própolis. A partir de
ambas formas, se elaboran una amplia gama de productos que contemplan distintas
formas de administración: cápsulas, ampollas bebibles, jarabes, gotas, etc.
En lo relativo a las dosis a administrar y pauta de las mismas, la bibliografía especializada
recomienda, en administración oral, que no superen los 5 mg de própolis,
expresados en materia seca, por cada kilogramo de peso corporal. En el caso de su
empleo en uso externo no se imponen limitaciones .
Los preparados de própolis pueden utilizarse en niños, adaptando la posología
según la edad.





Toxicidad

Los estudios realizados con el própolis demuestran la baja toxicidad de este producto
cuando se administra por vía oral. No presenta efectos teratogénicos .


Interacciones
No se han descrito


Precauciones

Un pequeño porcentaje de la población es alérgica al própolis y otros productos elaborados
por las abejas (miel, polen, jalea real,...). Este problema surge, por norma
general, en personas que han mostrado previamente reacción alérgica a las picaduras
por abejas, así como en aquellas que muestran alergias a otros productos apícolas
y en las afectadas por determinados procesos (asma bronquial, diabetes,
eczema, urticaria, etc.). En estos casos se recomienda iniciar de forma paulatina el
tratamiento con cualquier producto elaborado por las abejas y, en consecuencia,
con el própolis, con el fin de evitar una reacción indeseada. En todo caso, y como
norma general, se aconseja instaurar paulatinamente el tratamiento.









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